¿POR QUÉ LOS VIDEOJUEGOS IMPORTAN?

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Los videojuegos son una fuente inacabable de entretenimiento y aventura para miles de personas. Cada nivel superado y cada jefe derrotado hace que el jugador quiera seguir superando obstáculos y vivir más aventuras. Sin embargo, hay veces en las que los desarrolladores proponen roles y posiciones tan inesperadamente complicados que terminan llevando al jugador a niveles de estrés insospechados.

Está bien, algunos videojuegos están diseñados para ser desafiantes y ahí radica lo interesante de muchos títulos, pero algunos pueden llegar a cruzar la línea entre la diversión y la frustración; ya sea debido a niveles complicados, jugabilidad acartonada, íntimas recompensas, historias pobres o simplemente elementos dentro del juego que lo hacen innecesariamente dificil de pasar. 

Existe un dilema acerca del nivel de dificultad que debe tener un videojuego: ¿Acaso es mejor si es más dificil de superar? Algunos juegos se enorgullecen de su alta dificultad y algunos jugadores llegan a creer eso, considerando a otros títulos más simples o fáciles de jugar como videojuegos de menor calidad o de bajo interés para los gamers más experimentados.

Sin embargo, ¿Qué pasa cuando el nivel de dificultad cruza la línea hacia lo frustrante? Los niveles excesivamente complicados pueden llevar a la repetición constante y la sensación de estar atrapado, lo que puede aumentar significativamente el nivel de estrés y hartazgo del jugador.

Por otro lado, existen juegos (generalmente los de estrategia) que requieren de cierto grado de atención para poder jugarlos, ya sea por sus historias complejas o por sus funciones y comandos. La simplicidad y la eficacia de los controles son fundamentales para una experiencia de juego fluida. Cuando los comandos son confusos o poco intutivos, los jugadores pueden llegar a sentir que luchan contra el juego en lugar de disfrutarlo, lo cual puede llegar a generar una gran dosis de estrés y frustración.

Asimismo, cuando el diseño de un videojuego es poco claro, las reglas ambiguas o; por el contrario, son demasiado especificas y rebuscadas, pueden dejar a los jugadores confundidos y desorientados. Esto puede crear cierta animadversión por parte de los jugadores hacia el título, ya que ellos se van a tener que esforzar por entender lo que el videojuego espera de ellos y no podrán disfrutarlo.

Es así, que se vuelve fundamental que los desarrolladores encuentren el equilibrio adecuado entre desafío y diversión. Un juego que es demasiado fácil puede perder su atractivo rápidamente, pero uno que es excesivamente complicado puede llevar a la frustación y el abandono.

Es verdad que algunos videojuegos permiten elegir la dificultad, pero no se trata solo de eso, ya que como se ha descrito anteriormente, la dificultad es solo un aspecto de muchos dentro de los videojuegos que pueden generar estrés entre los jugadores

Un caso en particular es el de los videojuegos online y de competencias en línea (Fornite, CSGo, Dota II, League of Legends, etc.), pues estos dependen de la mejora continua del jugador, además de otros factores, para poder ganar. Sin embargo, la poca tolerancia a la derrota y la dificultad que puede llegarse a encontrar en partidas de este tipo de juegos, puede despojar de todo rastro de entretenimiento a títulos como estos y volverse solo una cuestión de competencia sin más, por eso es importante buscar el equilibrio del que hablamos, tanto desarrolladores como jugadores.

Así pues, es importante contemplar estrategias para manejar el estrés durante una partida. Acciones como tomar pausas regulares para evitar la sobreexposición y el agotamiento; buscar guías o tutoriales para superar obstáculos difíciles, pedir ayuda a jugadores más experimentados o buscar consejos en la comunidad.

Si bien los videojuegos son una forma fantástica de entretenimiento, es esencial reconocer cuándo la diversión se está conviertiendo en estrés. Los desarrolladores tienen la responsabilidad de equilibrar el desafío y la jugabilidad, mientras que los jugadores deben cuidar de su bienestar emocional. Ambos deben asegurarse de que los videojuegos sigan siendo una fuente de diversión y emoción para todos.

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